Los europeos, y en
particular los franceses, utilizan conceptos como internacionalización o
mundialización como diferentes a globalización, entendiendo esta
última como una modalidad particular de la primera, difiriendo en el momento
de su comienzo:
n … en
el Siglo XVI, al iniciarse la expansión capitalista y la modernidad
occidental.
n … a
mediados del Siglo XX, cuando las innovaciones tecnológicas y las
comunicaciones articulan los mercados a escala mundial.
n … hacia
finales del Siglo XX, cuando lo anterior se profundiza, estableciéndose
mercados planetarios de comunicaciones que se consolidan al desaparecer la
Unión Soviética y la división bipolar del mundo.
La literatura anglosajona, y
en particular norteamericana, utiliza - en general - el concepto globalización
como equivalente a los anteriores en el sentido de “escala”: local,
regional, global.
Más recientemente se la ha
vinculado con fenómenos como la financiarización de la economía y las crisis
derivadas de la misma, y los efectos de la relocalización de la industria en
una nueva división internacional del trabajo. Esta última se genera,
fundamentalmente luego de la Segunda Guerra Mundial con la reconstrucción de
Japón y Alemania, y el cambio de Estados Unidos con China en 1972 y el proceso
que se da en este último país (véase la interesante nota de J. Fontevecchia en
el siguiente link: http://www.perfil.com/columnistas/trump-ii-era-para-ganarle-al-comunismo.phtml). A
ello debe sumarse el drama de los refugiados de la guerra y los migrantes por
situaciones socioeconómicas o de catástrofes climáticas, con sus efectos
colaterales sociopolíticos en particular en Europa.
Muchos de los impactos
recientes y de algunas propuestas sobre esta globalización están descriptos en
este artículo de Dani Rodrik (https://www.project-syndicate.org/commentary/anti-globalization-backlash-from-right-by-dani-rodrik-2016-07) A
ello habría que agregar la nueva presidencia de Estados Unidos y su replanteo
de relaciones con países como México y China.
Respecto de China (y más en general con Asia) ver si
su postura genera propuestas como la del dueño de la plataforma Alibaba (ver: http://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/8071580/01/17/Alibaba-creara-hasta-un-millon-de-empleos-en-EEUU-gracias-a-Trump.html) y lo que allí se propone fuera realmente viable.
Reconfigurar esta globalización, no agudizando los
enfrentamientos sino partiendo de propuestas de re-equilibrio en el marco del
“sistema” (como el ejemplo que se viene de mencionar) pero haciendo
transformaciones más de fondo como pasar de lo mercantil a un comercio justo, a
terminar con los paraísos fiscales y a generar tasas o impuestos a nivel
internacional que permitan terminar con la pobreza y ayudar a revertir el
cambio climático, promover una globalización de la solidaridad e ir hacia una
autoridad mundial que trascienda los nacionalismos (hoy más fuertes por la
crisis del sistema). Será utópico? Tal vez, pero vale la pena tratar de
intentarlo, no?
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