El poder es una “realidad”, pero también –dependiendo
del enfoque y de la práctica- es un “problema” para alcanzar un mundo mejor.
Existe una abundante literatura y enfoques sobre su
definición y características que no intentaremos sintetizar, entre otras
cuestiones porque me “excede” en cuanto a formación específica.
Sin embargo, de los enfoques más corrientes, nos
animamos a decir que “poder es la
capacidad que un individuo o grupo A de influenciar o incidir en las decisiones
de otro individuo o grupo B”. Aspectos
esenciales serán:
·
La actitud y el propósito de
quien ejerce esa influencia
·
El contexto en el qué se da y la
actitud de quien es objeto de esa influencia
·
La forma (o modo, medios o recursos que
se utilicen) e intensidad en el
ejercicio de esta influencia, y por lo tanto de los grados de libertad (desde
tendiendo a cero en la cárcel o frente amenaza de muerte hasta el poder
omnímodo de control de todos los recursos) para las prácticas de poder.
·
Tiene que haber una coherencia entre la actitud o
propósito y los medios para que
se obtengan resultados para un mundo
mejor. Por lo tanto se desecha el enfoque y la práctica de que “el fin
que justifica los medios”, porque -por ejemplo- la apelación sistemática al
medio o recurso de la violencia no posibilitará llegar al fin de un mundo mejor (que conlleva “la no violencia”).
Sobre la
cuestión del “contexto” y los “recursos” que se utilizan es interesante el
enfoque de Alvin Toffler donde en distintos textos (como el “Cambio de Poder” y “La Tercera Ola”) va analizando como cambia el eje del poder a medida que van cambiando
las civilizaciones (desde la revolución
agrícola hasta la sociedad post industrial).
También la palabra
“poder” está relacionada al “verbo” (estoy
en capacidad y posibilidad de hacer algo) o al “sustantivo” como lugar de “dominio”.
Esta última es la acepción que adopta Max Weber (en Economía y Sociedad) donde el concepto de poder está relacionado al de dominación, es
decir, ejercer una autoridad sobre un grupo social determinado y encontrar un
grado de obediencia.
Según H.
Touzard (La mediación y la solución de conflictos, Ed. Herder, 1980, Barcelona,
págs. 56 y siguientes) citando un artículo de French y Raven (de 1959) menciona
–desde un punto de vista cualitativo- que las bases del poder son cinco:
1. El poder de recompensa: es la capacidad que tiene O de
procurar a P unas gratificaciones a cambio de un comportamiento dado,
2. El poder de coerción: consiste en la capacidad que
tiene O de administrar castigos a P, si este no acata lo que O le ordena.
3. El poder legítimo: es el que se basa en el derecho que
P le reconozca a O de influir sobre él. Es la definición corriente de la autoridad, que supone un consenso entre
las dos personas acerca de la relación entre el status y el comportamiento.
4. El poder de referencia: descansa en la identificación
de P con O. P se deja influir por O porque valora a O. El poder carismático de
ciertos individuos prestigiosos corresponde a esta definición.
5. El poder de competencia: se origina en los
conocimientos particulares de O, reconocidos por P. Es el poder que posee el
experto (podemos generalizar al sistema
científico-tecnológico que posee una comunidad o un país) y que presume la
confianza, la certidumbre P que O no abusará de sus conocimientos para
engañarle.
También se han agregado el poder de información y
comunicación, Los “recursos” para ejercer estos poderes van desde el control de
instituciones (la más importante es el Estado), del dinero bajo forma de
capital (por lo tanto el sistema
capitalista puede ser considerado como una forma particular de manifestación
del poder y en consecuencia
abordado desde esta perspectiva), de redes y medios de información y
comunicación…
Podemos preguntarnos (y desear) que pueda prevalecer el
poder como un servicio expresado
en una influencia basada en una autoridad del ejemplo personal, del respeto de
reglas acordadas democráticamente que cuiden las personas y el medio ambiente, donde
el recurso económico del capital sea un “medio” y “no un fin”, que las redes
sirvan para compartir saberes, aumentar la empatía y posibilitar acciones para
el bien común, que en lo macro sea derivado de una democracia que crece en
conciencia y nos lleven a un mundo mejor? De lo contrario, si prevalece el poder como dominio, con recursos cada vez más poderosos,
seguramente pereceremos sobre la faz de la Tierra.
Para finalizar, y a modo de hipótesis, si tomamos al
concepto de poder desde la energía o desde la física, podemos decir que el poder es energía transformada en fuerza.
Qué tipo de energía? Qué tipo de fuerzas? De ello dependerá el tipo de poder?
En otra entrada de “Textos Breves” vamos a reflexionar sobre la energía
expresada como “agresividad” y sus interpretaciones.
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